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Hasta hace poco fue un tema tabú enmarcado en un monólogo sobre "los monopolios de la comunicación" (así, en plural). Pero, a ocho meses del cambio de gobierno, muchos ya se animan a hacerse una pregunta muchas veces evadida, y hasta ofrecen su propia respuesta: ¿Cuál es el número ideal de operadores convergentes -de telefonía e Internet fija y móvil, y de TV paga- que debería haber en la Argentina para garantizar la inversión necesaria en infraestructura y a la vez asegurar un mercado competitivo con mejores servicios a precios accesibles?
"La ciencia económica lo ha estudiado muchos años. Tanto que hay un par de premios Nobel asignados en función de estudios de organización industrial sobre cuál es ese número adecuado. En principio, seis participantes en un mercado son excesivos, porque no son sostenibles, y dos son muy pocos, porque se cartelizan y se ponen en contra de los consumidores. A las investigaciones que empezaron entre seis y dos, le siguieron otros estudios que achicaron el rango a entre tres y cuatro operadores", dijo Raúl Katz, director de Investigación de Estrategia de Negocios de Columbia Business School y profesor invitado de la Universidad de San Andrés (Udesa).
"En mi opinión, el número es tres. Si son cuatro, el tercero estará en punto de equilibro y el cuarto perderá dinero y terminará siendo un mal proveedor. Si son tres, todos tendrán rentabilidad y podrán invertir, pero deben competir en precios", afirmó Herbert Jörg Blum, socio de la consultora Bain & Co, que hace algunos días dejó su oficina en Toronto para visitar clientes en Buenos Aires.
"No hay una fórmula, pero los estudios muestran que los mercados con entre tres y cuatro operadores son los que reflejan mejores indicadores de cobertura, penetración y precios. La presencia de más de cuatro operadores reflejaba menores indicadores", coincidió Sebastián Cabello, director de la oficina regional de América latina de GSMA, la mayor organización mundial de operadores móviles y empresas relacionadas.
"El nivel de concentración afecta la competencia y las decisiones de las empresas en cuanto a precios, inversión e innovación a nivel estático y a nivel dinámico, pudiendo tener efectos contrapuestos en cada plano. A nivel estático, mayor competencia implica menores precios. Sin embargo, en una perspectiva dinámica, en el que las firmas invierten en tecnologías que reducen costos, un aumento del número de empresas puede terminar aumentado los precios -si el efecto dinámico es mayor al efecto estático-", explicó a LA NACION Carlos Winograd, profesor e investigador de Paris School of Economics y ex secretario de Defensa de la Competencia.
Para Winograd, "cuanto mayor sea la distancia del sector respecto a la frontera tecnológica en un país determinado, mayor sería este segundo efecto". Y añade: "Si el efecto dinámico es dominante sería preferible que haya tres jugadores en lugar de cuatro. La evidencia empírica tiende a mostrar que el efecto dinámico de la competencia es mayor al efecto estático. El tamaño de mercado también podría afectar esta consideración. Cuanto menor sea este, tendería a ser menor el número óptimo de jugadores. Pero hay que estar atentos al impacto del intenso cambio tecnológico que prevalece en esta industria".
LA NACION también consultó a los cuatro principales operadores que respondieron a través de sus respectivas áreas de prensa. "La tendencia predominante es ir hacia economías de escala en la forma de tres operadores de red por mercado. En la Argentina, la telefonía celular y la banda ancha móvil se encuentran entre los de mayor competencia de la región", afirmaron desde Telefónica. "La Argentina necesita inversiones en infraestructura para consolidar y robustecer las redes. La cantidad de operadores ideales debería ser determinada por el mercado", resumieron en Telecom. "Aquí conviven cuatro operadoras en un mercado muy competitivo. El cliente busca servicios simples y sencillos, quiere tener una sola factura y no de tres o cuatro compañías diferentes para tener Internet fija y móvil, para ver series y películas o escuchar música", sostuvieron en Claro, sin referencias al número de operadores pero marcando interés en el negocio de los contenidos.
Desde Cablevisión-Nextel (Grupo Clarín) reclamaron para sí el lugar y los beneficios del "operador entrante". "En la Argentina las comunicaciones móviles no funcionan, hay un mercado cartelizado donde no hay diferenciación de producto, de precios ni de oferta combinada. En este mercado puede haber un cuarto operador como en muchos lugares del mundo, pero ese ingresante necesita condiciones diferenciales para poder competir. En los países serios se otorga espectro a cambio de inversiones. Sin ir más lejos, ese criterio se usó en Colombia, Brasil, y Chile, por ejemplo".
Las diferencias entre Telefónica y el Grupo Clarín en torno de la convergencia empiezan a hacer ruido: la primera presentó una queja ante el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) por la posible reasignación del espectro adquirido recientemente por Nextel para ofrecer movilidad 4G (compró cinco empresas cuyo principal activo eran esas frecuencias).
Pero la performance de los nuevos entrantes en movilidad en América latina ha sido floja: ninguno logró cuotas de mercado mayores al 5%. En ese caso están, entre otras, Bitel (de la vietnamita Viettel) en Perú; ETB en Colombia, y la cableoperadora VTR (Liberty Global) en Chile, que tras haber obtenido espectro decidió convertirse en un operador virtual (sin red propia). Según Cabello, de GSMA, "los nuevos entrantes tienden a tener dificultades para posicionarse en un mercado establecido" y "el crecimiento marginal de los nuevos entrantes cae mucho a medida que es mayor el número de existentes al momento de ingresar".
Blum, de Bain & Co (consultora que compite con McKenzie y BCG por asesorar al gobierno), parece descartar para la Argentina un escenario de cuatro -como el que pide Cablevisión- y explica su fórmula para el país. "Si el gobierno envía una señal al mercado de que está de acuerdo con un escenario de tres jugadores, entonces tendrá sentido que Telecom converse con Cablevisión-Nextel para una fusión. Pero no puede haber cualquier acuerdo. Una fusión entre el número uno y el dos no es una buena idea, pero entre el dos y el cuarto sí lo es", dijo.
"La Argentina exhibe características que muchos otros mercados latinoamericanos no tienen. En primer lugar, hay operadores de alcance nacional y otros que atienden a un nicho específico del mercado, geográfico o de segmento. En el país habrá, por un lado, un número acotado de operadores convergentes con presencia nacional; por otro lado, habrá muchos operadores convergentes chicos especializados en nichos. En este panorama inevitable, muchos operadores serán absorbidos o se integrarán a otros", explicó José Felipe Otero, director para América latina de 5G Americas, organización integrada por operadores y proveedores de la industria móvil.
"En la Argentina, la discusión que hubo la década pasada sobre la concentración detuvo el proceso que ya se registraba a nivel mundial. Si uno mira lo que pasa en otros lugares, está claro que se viene un fuerte proceso de concentración que va a incluir a las empresas del interior", opinó Ariel Barlaro, vicepresidente de Dataxis para América latina, consultora especializada en el mercado de la TV paga.
El mercado y la administración de Mauricio Macri van asumiendo que la Argentina se encamina hacia un mercado de tres grandes jugadores nacionales, con pymes y cooperativas locales que operarán de la mano de la estatal Arsat. Según se observa en la práctica y se escucha en los despachos oficiales, para que este panorama se vuelva realidad no hará falta esperar la nueva ley de comunicaciones -cuyo primer borrador estaría a fin de año- ni tampoco el vencimiento del plazo de dos años de exclusión de las telefónicas de la TV paga fijado por el DNU 267, que derogó parcialmente las leyes de medios y de telecomunicaciones. En el momento en el que Telecom y Cablevisión planteen su decisión de fusionarse, el Gobierno podría liberar el mercado para que todos los actores compitan en todos los servicios.
Los movimientos anticipados pero aún no confirmados indican que Fintech y Grupo Clarín -que ya son socios en Cablevisión- podrían avanzar en una fusión de esa cableoperadora con Telecom Argentina ("tienen mucha sinergia", dijo David Martínez, principal accionista de la telefónica, a LA NACION hace unos meses), y Claro Argentina cerrar las operaciones que podría tener encaminadas con Telecentro (Grupo Pierri) y Supercanal (Manzano-Vila). Una duda es qué hará la estadounidense AT&T con su controlada DirecTV, cuya filial latinoamericana podría vender a Telefónica si prospera una negociación que parece estancada.
En los Estados Unidos, Europa y Asia se registran procesos de consolidación de grandes operadores de comunicaciones convergentes, que a su vez tienen una relación conflictiva con los grandes jugadores mundiales de la tecnología, como Apple, Google, Amazon o Facebook, que operan sus servicios sobre las redes de aquellos. Una batalla que también tendrá impacto en la regulación.
"La consolidación de operadores aumentó mucho en mercados saturados y parece ser un fenómeno inevitable hacia adelante, porque las inversiones aumentan cuando hay incentivos para la consolidación (y mejoras en la eficiencia operativa), al igual que los beneficios a los consumidores, y que el pasaje de cuatro a tres operadores no implicó mayores precios en varios países como Alemania, Austria e Irlanda", sostiene un trabajo encargado por GSMA a la consultora Frontier.
En América latina también se registra el mismo proceso de concentración. Además de DirecTV, AT&T adquirió Iusacel y Nextel en México, donde el mercado móvil pasó de cuatro a tres jugadores. En 2005, Telefónica compró Movicom BellSouth en la Argentina. Claro adquirió Digicel en Honduras y El Salvador (en este último país la operación fue bloqueada por la Superintendencia de Competencia). En Brasil, Telefónica compró el operador de banda ancha fijo GVT. En ese mismo país, se viene hablando mucho de una mayor consolidación por los problemas financieros de Oi, el cuarto operador.
Otros especialistas plantean una perspectiva distinta. Para Martín Becerra, docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), "a diferencia de los países centrales, donde los reguladores debaten la talla crítica de esos sectores y su correspondiente juego para tres o cuatro operadores, en la Argentina las variables críticas del proceso de convergencia están relacionadas con la ausencia de políticas públicas que atiendan las necesidades de los usuarios". Para Becerra, esta situación "se potencia con la fuerte concentración de los mercados convergentes y la consecuente distorsión de la competencia por el abuso de posición dominante y la cartelización. La convergencia no es milagrosa y no resolverá mágicamente estos problemas sin políticas que sean correctivas y superadoras". La pregunta está hecha.